lunes, 6 de abril de 2020

REFLEXION I

Queridos Lectores, Familiares y Amigos..

Siendo honesto, soy una persona con muy poco sentido de sociabilidad, no me considero mala persona, me gusta ayudar en la medida de mis posibilidades, mis oraciones están destinadas al prójimo y mi Familia, pero, aunque soy muy buen escucha, no soy buen conversador, sin embargo con el pasar del tiempo, bien sea por estudios o por trabajo, me ha tocado dirigir a una gran cantidad variopinta de personas, por lo que, me a tocado esforzarme en sobremanera para poder manejar y superar en forma positiva ciertas situaciones.

Puesto que pertenezco a ese pequeño y selecto grupo de personas, que ama incondicionalmente a su Familia (Padres, Esposa, Hijos, Hermanos: de sangre, de crianza y cuñados a quienes considero mis hermanos, Suegra, tías, Sobrinos.),  para el cual, siempre y sin importar las circunstancias la familia esta primero, formación que, dependiendo del color del cristal con que se mire es, una virtud para unos y un defecto para otros.

Siempre y en la medida de mis posibilidades he ayudado y tratado de ayudar a gran cantidad de personas y al momento de hacerlo, nunca espero ni pido nada a cambio, al respecto,  muy pocas se sienten agradecidas, otras no, no soy quien para juzgar, eso es cuestión de cada personalidad y queda en la consciencia de cada quien, además,  las Bendiciones recibidas en ambos casos, son las mismas. “Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha” Mateo 6:3

Podemos orar por estas personas y por aquellas que, de alguna manera están atravesando situaciones difíciles, inclusive por nosotros mismos, pero es eso realmente suficiente? En el primer caso, para que la oración pueda convertirse en ayuda verdadera, debe hacerse con amor, debe salir del corazón y lo más importante, debe ir acompañada de obras grandes o pequeñas que podamos lograr con humildad, disposición  y buena voluntad. El segundo caso, es un poco más complicado, puesto que cuando se ora bajo la premisa de la individualidad se cae en un acto egoísta, ya que se omite al colectivo y se enfoca la oración en un individuo, por esta razón es que en ocasiones se generan sentimientos de abandono y la creencia de que Dios no nos escucha. “Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que Yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo dondequiera que vayas” Josué 1:9

De verdad, no importa cuántas Vírgenes y Santos se tengan en casa, vehículos, etc, ni cuantas imágenes y oraciones se suban a las redes sociales, por cierto, Dios y no tiene Facebook, Instagram ni Twitter, eso solo se queda allí (“Mas tú, cuando ores, entra a tu aposento y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público” Mateo 6:6)

En nuestras vidas, después de “Dios” esta la familia, independientemente de ideologías político partidistas, creencias o religión, no obstante, por distintas causas u otros motivos que de alguna manera crean que existen, algunos, anteponen a terceros por encima de sus familias, en ocasiones enemistándose con ellos y con los que en algún momento fueran sus mejores amigos. Esto no causa rabia, ira o dolor, solo decepción, pues distorsiona la calidad de  las acciones que se intentan ejecutar y tal vez sin mala intención caen o cometen errores en sus actos u comentarios, sin tomarse un momento para pensar si con eso, pueden, directa o indirectamente perjudicar a otros, incluyendo familiares.

Hoy día, doy Gracias a Dios, por los logros de aquellos que en algún momento tuve el privilegio de compartir y como instrumento de Dios servirles de guía, y con quienes aún mantengo comunicación, y mis oraciones están destinadas a ellos y por aquellos por los que, a pesar de los consejos, desviaron su camino.   

La vida, nos ha golpeado duro, hemos pasado por distintas situaciones difíciles, en las que, la familia siempre estuvo presente y como instrumentos de Dios, fueron contadas las personas ajenas a la familia que demostraron su afecto y disposición, hoy ellos, tienen mis respetos y les retribuyo mi apoyo incondicional, hoy, mañana y siempre.

Historia de la Tortuga y el Alacrán

Ambos necesitaban cruzar el rio, pero el alacrán sabía que si se lanzaba al agua se ahogaría, entonces le dice a la tortuga: “crúzame en tu caparazón”, ella le responde bondadosamente: “sí, pero por favor no me piques”, el alacrán se subió sobre la tortuga y justo cuando iban a llegar el alacrán la picó, ella le pregunta: “¿Por qué lo hiciste? ahora ambos nos vamos ahogar y vamos a morir”, El le respondió: “es mi naturaleza picar”.

Así como esta historia, es la vida, el instinto del Alacrán es atacar, sin importar las consecuencias, así funcionan algunas personas, estas aunque las ayudes, aun sin querer, buscaran de alguna manera, como el Alacrán, causarte daño,  está en su ser, es su naturaleza, fueron creciendo y mal formando su carácter y accionar, sin saber que precisamente por eso, no logran encontrar la verdadera felicidad.


Dios los bendiga...

No hay comentarios:

Publicar un comentario